Los tres pelos del diablo


Escoge la mejor opción para responder cada una de la preguntas.

Lectura: Los tres pelos del diablo.

Basilio, hijo de unos leñadores y la princesa estaban enamorados pero el rey, padre de la princesa, estaba hecho una fiera. Para que pudieran casarse le puso una condición muy difícil de cumplir:
—Tienes que traerme tres pelos dorados del diablo.
Basilio marchó en busca del diablo. Pasó por un pueblo y preguntó:
—¿Por dónde se va al país del diablo?
—Se va por aquel camino —le dijeron—. Pero a tu vuelta nos tienes que decir por qué la fuente de nuestro pueblo no da agua.
Siguió Basilio el camino indicado, llegó a otro pueblo y preguntó:
—¿Por dónde se va al país del diablo?
—Tienes que seguir por este camino y llegarás a un río; Pero a tu regreso nos dirás por qué se ha secado el árbol de las manzanas de oro.
Basilio llegó al río y vio un barquero que le pasó, pero con una condición:
—A tu vuelta tienes que decirme por qué no puedo salir de esta barca y descansar.

imatge2.jpg

Llegó por fin a la casa del diablo y sólo encontró en ella a una viejecita, que resultó ser la abuela del demonio. Basilio contó lo que le pasaba y la vieja prometió ayudarle.
Cuando vino el diablo, la vieja escondió al chico entre sus faldas. Como el diablo venía muy cansado se durmió cerca de su abuela, quien aprovechó el sueño para arrancarle un pelo.

imatge1.jpg

El diablo se despertó enfadado, pero su abuela le calmó diciendo:
—Me he distraído pensando por qué, en un pueblo de estas cercanías, se les ha secado la fuente.
Y el diablo malhumorado le contestó:
—Porque hay un sapo en el tubo y no deja correr el agua. Pero déjame dormir.
Un rato después le arrancó otro pelo y el diablo le dijo:
— ¡Que me haces daño, abuela!
—Es que estaba pensando por qué se habrá secado un árbol que daba manzanas de oro.
—Porque una rata se come las raíces.
Volvió a dormirse el diablo y un poco después su abuela le quitó el tercer pelo.
—¿En qué estabas pensando ahora, abuela? ¿No me vas a dejar dormir tranquilo?
—Pensaba en el barquero del río que pasa por aquí cerca, que según me han dicho, no puede salir de la barca para descansar.
—Pues que entregue los remos a otro al llegar a la orilla y quedará libre. Pero no me molestes más, que tengo mucho sueño.
La vieja dio a Basilio los tres pelos, quien se fue antes de que despertara el diablo.
Al pasar por el río y por los pueblos, comunicó las respuestas que había oído al diablo y todos quedaron muy contentos.
Así pudo llegar sano y satisfecho al palacio y con grandes riquezas que le habían dado en los pueblos, a los que había ayudado.
El rey, que era muy avaricioso, quiso ver al diablo y repitió la aventura. Pero cuando volvía, el barquero le dio los remos para que remase y ya no los pudo soltar. El barquero quedó libre, pero el rey no tuvo más remedio que pasarse el resto de su vida pasando gente de una orilla a otra. Así recibió el castigo de su maldad.

Adaptación de un cuento de los hermanos Grimm.